El municipio de Santa Colomba de Somoza se localiza a 75 km. al oeste de León, en la comarca de La Maragatería, a 19 km. de la ciudad de Astorga; cuenta con una extensión de casi 200 km2 y una población de 498 habitantes. Es este un territorio despoblado: no llega a 3 hab/km2 su densidad de población, a pesar de que cuenta con 16 núcleos de población sólo tres superan los 50 habitantes: Santa Colomba (106 hab.), Rabanal del Camino (62 hab.) y San Martín del Agostedo (50 hab.).
Núcleos de población en el municipio de Santa Colomba de Somoza
Santa Colomba siempre ha sido un enclave de paso, hacia Occidente los romanos abrieron desde Astorga (civitas Asturica Augusta) dos importantes vías que facilitaban el transporte del oro hacia la capital del imperio. Por un lado la Vía Nova, cuyo trazado aproximado coincide con la actual carretera N-VI; por el otro Vía XX del Itinerario de Antonino, sobre la cual se asentó el medieval Camino de Santiago, que se asoma al Bierzo por el puerto de Foncebadón. Una tradición de enlace entre Galicia y la Meseta que está en la base de organización social y económica de esta comarca.
Geográficamente, Santa Colomba se incluye en la Tierra de Astorga; la antigua Somoza, hoy Maragatería, se ubica en el centro, entre La Cepeda (norte) y La Valduerna (sur), colindante con la Vega del Tuerto y la Sequeda hacia el este. Además de Santa Colomba, se incluyen en La Maragatería los municipios de Astorga, Brazuelo, Santiago Millas y Val de San Lorenzo que delimitan un espacio de 414,06 km2.
Ámbito geográfico, comarca de La Maragatería
Santa Colomba de Somoza es, pues, el centro geográfico de la comarca maragata, un espacio reconocido en Castilla y León por su riqueza etnográfica y patrimonial. Originariamente, su identidad se fundamentó en la actividad comercial de sus habitantes que encontraron en su dedicación como arrieros y carreteros una forma de vida. Los maragatos transportaban productos desde Galicia al interior de la cuenca del Duero; con la aparición del ferrocarril esta actividad entró en crisis y sus habitantes emigraron primero a América (siglo XIX) y después a las ciudades (siglo XX).
Desde el punto de vista paisajístico, éste es un territorio de transición: entre el macizo galaico leonés y la Meseta, un lugar de paso y de gran importancia para las comunicaciones. El puerto de Foncebadón es el paso más sencillo para franquear el macizo galaico en el camino a Compostela. El Camino de Santiago discurre en sentido este a oeste por el municipio de Santa Colomba, a lo largo de 15,2 km. atravesando de las localidades de Rabanal del Camino, Foncebadón y Manjarín, y dejando a su paso un trasiego de ideas y culturas. Esta condición de territorio de paso, de transición es una de las señas de identidad de este territorio.
Itinerario del Camino de Santiago sobre Santa Colomba de Somoza
La fusión entre Arqueología y paisaje
El paisaje a lo largo del itinerario cultural que te proponemos es una fusión perfecta entre los restos arqueológicos y la dinámica natural. Las labores de explotación minera a cielo abierto que los romanos llevaron a cabo en esta tierra son un factor fundamental en la definición del paisaje que 1800 años después del abandono de la explotación. La extracción del oro en estas tierras fue esencial: sirvió para fundar ciudades tan importantes en el imperio romano como Astorga, “urbs magnifica” como la definió Plinio El Viejo; para abrir importantes vías de comunicación entre el este y el oeste de Hispania que aún perviven entre nosotros.
Desde el punto de vista paisajístico las labores mineras de los romanos tienen una gran relevancia puesto que modificaron radicalmente la fisonomía del territorio que se explotaba. La extracción del oro mediante el empleo de la fuerza del agua exigió intervenir sobre una superficie muy grande cercana a los 1000 km2 sólo en la comarca de La Somoza. El trazado y la construcción de una red hidráulica que transportaba el agua desde las zonas de captación hasta las de producción, las zonas mineras dedicadas a la extracción y lavado en los yacimientos e incluso las áreas donde se vertían los restos estériles han modificado radicalmente el paisaje.
Imagen Lidar en 3D de la explotación de La Fucarona, en Santa Colomba de Somoza
Las fucaronas, las murias, los canales por los que descendía el agua, los restos de ruina montium… son todavía hoy claramente perceptibles en el paisaje y conforman una fisonomía característica a base de médulas (en latín, montón) que se distribuyen sobre el territorio aprovechando los cursos fluviales. En el municipio de Santa Colomba se han identificado 21 yacimientos arqueológicos de este tipo. Las labores mineras han modelado literalmente el paisaje que vemos.
Ubicación de los yacimientos mineros romanos en Santa Colomba de Somoza
Sobre este modelado y tras la desaparición de la actividad minera, la dinámica natural prospera; poco a poco las especies vegetales colonizan el territorio: aparece primero un matorral de brezo, que se extiende transformándose en un bosque de robles que va envolviendo los restos de la explotación hasta conformar formas de paisaje caprichosas y de gran belleza en las que se funden los restos arqueológicos con la vegetación natural de la zona.
Vista de la zona de explotación minera desde el Castro de Pedredo
Durante muchos siglos las comunidades rurales de La Somoza supieron transformar su entorno para procurarse un modo de vida; la roturación de los espacios ocupados por los montes era una tarea habitual y de gran trascendencia en la definición del paisaje. Si comparas las fotos de 1950 y 2016 comprobarás los cambios radicales en el paisaje.
Imagen del yacimiento de La Fucarona. Vuelo Americano (1958)
Imagen del yacimiento de La Fucarona en la actualidad.
El paisaje de La Somoza
El paisaje es el resultado de la interrelación entre factores naturales y humanos y uno de los elementos del patrimonio natural del municipio. Estamos en las estribaciones del macizo galaico leonés que separa la meseta de la región gallega, a los pies de los Montes de León y la Sierra del Teleno que rodean por el noroeste y por el sur, respectivamente, el territorio municipal. Es éste un espacio serrano, de transición entre la montaña y la llanura, donde la superficie de monte, es decir la masa forestal, es el uso predominante frente a cualquier otra actividad.
Vista panorámica al norte de Santa Colomba de Somoza
La altitud desciende progresivamente entre el alto de Foncebadón y San Martín del Agostedo; esta comarca fue conocida como la Somoza (“sub montia”, que significa bajo el monte) aludiendo a sus rasgos geográficos. El relieve desciende en sentido noroeste-sudeste a través de una rampa por la que corren los ríos, entre los que destaca el Turienzo, abriéndose a medida que avanzan hacia el este en dirección a Astorga.
Son éstas unas montañas antiguas labradas sobre cuarcitas y pizarras, materiales muy duros que se han ido erosionando a lo largo de millones de años hasta definir estas montañas de perfil alomado y sin grandes aristas que hoy ves. La Sierra del Teleno (2.188 m) es la cúspide de los Montes de León y límite natural entre la Cabrera, El Bierzo y La Maragatería. El Teleno (Mars Tilenus, para los romanos) era un monte sagrado para el pueblo prerromano de los astures. Visible desde toda la Maragatería, este pico, casi siempre nevado, es un referente del territorio. En este sustrato geológico se origina el oro que los romanos extrajeron de las formaciones de raña mediante ingeniosas técnicas de ingeniería que conocerás a lo largo del itinerario.
Vista de El Teleno desde La Fucarona
En este espacio, situado a una altitud media de casi 1000 m, la roca madre aflora en superficie, podrás comprobarlo si te das un paseo por los alrededores de los pueblos situados a mayor altitud (Rabanal del Camino, Andiñuela, Foncebadón…); en consecuencia, los suelos son poco profundos, su laboreo no resulta fácil y, sobre todo, es poco productivo; no es esta una tierra fértil por la que se extienden los campos cultivados.
El espacio de monte es el más extenso del término municipal y es predominante en el paisaje de Santa Colomba, el robledal y el pinar representan más del 65% de la superficie (11.641 ha) del término, distribuidas en torno a un arco que discurre desde el norte (Argañoso, Viforcos y La Maluenga), pasando por el sector occidental (Foncebadón y Manjarín) hacia el sur (Villar de Ciervos, Valdemanzanas). Los diferentes usos y aprovechamientos de este recurso constituyen la base del aprovechamiento agrario y de la organización territorial de estas tierras.
Si trazamos una línea imaginaria que reconozca el límite de los 1000 m de altitud, que discurriría aproximadamente por el mirador de Pedredo, podemos diferenciar claramente los dos tipos de paisaje presentes en el municipio de Santa Colomba. Hacia el oeste (en dirección a Ponferrada) el predominio del bosque y de lo forestal es la nota característica, mientras que hacia oriente los cultivos ocupan los espacios más llanos y próximos a la vega del río Turienzo.
Tierras de cultivo en el fondo del Valle del Turienzo
Esta misma frontera imaginaria es también un límite ecológico. Las especies vegetales predominantes son diferentes a uno y otro lado. Por encima de 1000 m de altitud el clima tiene rasgos más atlánticos y las precipitaciones son más abundantes, favoreciendo la aparición del roble (Quercus pyrenaica) conocido también como melojo o carballo; mientras que en la zona más oriental las encinas son la especie característica, porque se adapta mejor a una mayor sequedad y a las características de estos suelos. En las zonas de matorral, donde los árboles no alcanzan el porte suficiente, también hay esta diferencia ecológica: hacia occidente los brezales son característicos mientras que hacia el este los matorrales de jara y otras plantas aromáticas ocupan los suelos más degradados.